Abordando la Ansiedad Social Leve: Entendiendo sus Implicaciones
La ansiedad social es un fenómeno común que afecta a millones de personas en todo el mundo.
Aunque la ansiedad social grave puede ser debilitante, las formas más leves de ansiedad social pueden ser un rasgo normal y útil en determinadas situaciones.
En este artículo exploraremos los matices de la ansiedad social leve, incluidas sus ventajas y desventajas, y en qué se diferencia de las formas más graves de esta afección.
Empecemos.
La ansiedad social leve se caracteriza por ser una ansiedad manejable y que no afecta sustancialmente a la vida cotidiana del individuo.
Una de las ventajas de la ansiedad social leve es que puede actuar como motivador para que las personas planifiquen y ensayen interacciones sociales, lo que con el tiempo se traduce en una mayor seguridad en uno mismo y mejores habilidades sociales.
Además, estar motivado para causar una impresión favorable puede dar lugar con frecuencia al éxito en entornos sociales.
En consecuencia, experimentar cierto grado de ansiedad social puede hacernos más conscientes de cómo nos vemos y permitirnos modificar nuestro comportamiento para que los demás nos vean de forma más favorable.
Además, puede permitir a las personas desenvolverse mejor en situaciones sociales, interpretar las señales sociales con precisión y responder adecuadamente.
Los individuos con ansiedad social leve también pueden desarrollar un mayor sentido de la empatía y estar más en sintonía con las emociones de los demás.
Esto se debe a su mayor sensibilidad a las señales y comportamientos sociales, que les permite captar más fácilmente las señales no verbales y las expresiones emocionales.
En consecuencia, esta mayor sensibilidad social y emocional puede tener varios beneficios. Por ejemplo, estar en sintonía con las emociones de los demás puede mejorar la comunicación interpersonal y facilitar conexiones más profundas con la gente.
En general, tener una mayor comprensión de las emociones de los demás puede conducir a un aumento de la empatía y la compasión, haciendo que las personas con ansiedad social leve sean más eficaces a la hora de ayudar y apoyar a los demás.
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Aunque la ansiedad social leve puede tener algunos beneficios, también hay que tener en cuenta algunos inconvenientes. Por ejemplo, la ansiedad social leve puede causar un estrés y una incomodidad excesivos en entornos sociales, lo que puede llevar a la evitación y el aislamiento.
Esto puede ser problemático, ya que evitar las situaciones sociales puede limitar las oportunidades de crecimiento personal y profesional de un individuo, lo que le lleva a dejar de vivir experiencias y a tener una red social limitada.
Además, la ansiedad social leve también puede dar lugar a un discurso negativo sobre uno mismo y a una autocrítica excesiva, lo que puede exacerbar los sentimientos de ansiedad y reducir al autoestima.
Los individuos con ansiedad social leve también suelen ser más propensos a la rumiación, que puede hacer que se detengan en interacciones sociales pasadas y se preocupen excesivamente por las futuras.
Si no se abordan, estas consecuencias negativas de la ansiedad social leve pueden provocar sentimientos de soledad y depresión, que pueden exacerbar aún más los síntomas de la ansiedad social.
Por tanto, es importante buscar ayuda cuando la ansiedad social, aunque sea leve, causa un estrés importante o interfiere en la vida cotidiana.
Ansiedad Social Leve vs Grave
Como hemos mencionado anteriormente, la ansiedad social es una experiencia común que puede oscilar entre niveles de intensidad leves y graves, cada uno de los cuales requiere distintos niveles de intervención.
La ansiedad social leve se caracteriza por un malestar ocasional en situaciones sociales, que puede causar cierta angustia pero no interfiere significativamente en las actividades cotidianas. Las personas con ansiedad social leve suelen poder controlarla por sí mismas.
Por el contrario, la ansiedad social problemática es un miedo más grave y persistente a las situaciones sociales que puede causar un malestar significativo y conductas de evitación.
Puede interferir en las actividades y relaciones cotidianas, haciendo que los individuos eviten las interacciones sociales, se aíslen y se sientan solos o deprimidos. Estos comportamientos pueden contribuir a aumentar la sensación de ansiedad social con el tiempo.
Es crucial diferenciar entre estos distintos grados de ansiedad social, ya que requieren distintos enfoques de manejo y tratamiento.
Las personas con ansiedad social leve pueden beneficiarse de técnicas de autoayuda, mientras que las que padecen ansiedad social problemática suelen requerir la intervención de un profesional para controlar sus síntomas y mejorar su calidad de vida.
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Cuando la ansiedad social se vuelve problemática, por ejemplo porque interfiere significativamente en la vida personal y profesional de una persona, puede convertirse en una condición de salud mental denominada trastorno de ansiedad social, o TAS para abreviar.
Por cierto, como antes se llamaba «fobia social«, este término se sigue utilizando a menudo indistintamente con ansiedad social y trastorno de ansiedad social.
Diversos expertos han propuesto un continuo, que sugiere que el TAS es una forma más grave y persistente de ansiedad social que se produce a medida que aumenta la preocupación por ser juzgado, rechazado o evaluado negativamente (Stein, Torgrud, & Walker, 2000).
El TAS también puede clasificarse en distintos niveles de gravedad, como leve, moderado y grave.
Además, algunos expertos han sugerido que el trastorno de la personalidad por evitación, una afección independiente relacionada con la inhibición social, representa el extremo superior del continuo de la ansiedad social (Schneier, Blanco, Antia, & Liebowitz, 2002).
Así que, para resumir y evitar confusiones: Una persona puede padecer ansiedad social leve, trastorno de ansiedad social y trastorno de personalidad por evitación. Todos ellos están relacionados con preocupaciones e inquietudes sobre cómo nos perciben los demás.
Observa el siguiente gráfico. A medida que te desplazas de izquierda a derecha, aumenta la preocupación por ser juzgado, evaluado negativamente, rechazado o desaprobado.
El TAS se caracteriza por un miedo intenso a las situaciones sociales o por evitarlas, síntomas físicos como sudoración y temblores, y un deterioro significativo de las actividades o relaciones cotidianas.
El trastorno de personalidad por evitación se caracteriza por un patrón generalizado de inhibición social, sentimientos de inadecuación e hipersensibilidad a la crítica o el rechazo. Los individuos con trastorno de la personalidad por evitación suelen tener dificultades para entablar y mantener relaciones, y también pueden experimentar un deterioro significativo en el funcionamiento diario.
Es esencial señalar que tanto el TAS como el trastorno de la personalidad por evitación pueden afectar significativamente a la calidad de vida de una persona y requieren intervenciones adecuadas para su tratamiento eficaz.
Trastorno de Ansiedad Social: Leve, Moderado y Grave
Según la Encuesta Nacional de Comorbilidad realizada en 2007 por la Facultad de Medicina de Harvard, aproximadamente un tercio de las personas con TAS diagnosticable se sitúan justo por encima del umbral diagnóstico, lo que indica que padecen un trastorno de ansiedad social leve.
Si quieres saber cómo se diagnostica el TAS, haz clic aquí para ir a nuestro artículo sobre los criterios diagnósticos del trastorno de ansiedad social.
Mucha gente considera la ansiedad social como un rasgo negativo que hay que superar o tratar. Sin embargo, como hemos visto en este artículo, la ansiedad social leve puede tener en realidad varios beneficios.
Cambiando nuestra perspectiva y centrándonos en los aspectos positivos de la ansiedad social, podemos sacarle provecho. Intenta centrarte en las siguientes ventajas de tener ansiedad social leve:
- La ansiedad social leve puede servir de motivación para planificar y ensayar las interacciones sociales, lo que con el tiempo puede llevar a una mayor seguridad en uno mismo y a una mejora de las habilidades sociales.
- Una mayor sensibilidad a las señales y comportamientos sociales puede permitir a las personas con ansiedad social leve desenvolverse mejor en situaciones sociales, interpretar las señales sociales con precisión y responder adecuadamente.
- Las personas con ansiedad social leve pueden desarrollar un mayor sentido de la empatía y estar más en sintonía con las emociones de los demás. Esto puede conducir a una mayor capacidad de empatizar y sentir compasión, lo que les hace más eficaces a la hora de ayudar y apoyar a los demás.
- Una mayor sensibilidad social y emocional puede mejorar la comunicación interpersonal y facilitar conexiones más profundas con la gente.
Si cambias de perspectiva y te centras en los aspectos positivos de la ansiedad social, puedes utilizarla en tu beneficio. En lugar de ver la ansiedad social leve como una debilidad, puedes aceptar sus aspectos positivos y encontrar profesiones y situaciones en las que puede ser una ventaja.
Si experimentas ansiedad social leve, no te desanimes. Reconoce los beneficios potenciales que puede aportarte y utilízala en tu beneficio.
Conclusión
Aunque la ansiedad social leve puede resultar incómoda a veces, también conlleva ventajas considerables.
Si te centras en sus beneficios y encuentras formas de gestionarla eficazmente, puedes mejorar tus habilidades sociales, profundizar tus conexiones con los demás y convertirte en una persona más empática y solidaria.
Cambiar de perspectiva y aceptar niveles leves de ansiedad social puede mejorar significativamente tu calidad de vida.
Sin embargo, es importante reconocer que si la ansiedad social se vuelve más intensa y empieza a interferir en tus actividades cotidianas, puede ser un signo de trastorno de ansiedad social, una afección de salud mental que requiere atención seria y ayuda profesional.
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Schneier, F. R., Blanco, C., Antia, S. X., & Liebowitz, M. R. (2002). The social anxiety spectrum. The Psychiatric clinics of North America, 25(4), 757–774. https://doi.org/10.1016/s0193-953x(02)00018-7
Stein, M. B., Torgrud, L. J., & Walker, J. R. (2000). Social phobia symptoms, subtypes, and severity: findings from a community survey. Archives of general psychiatry, 57(11), 1046–1052. https://doi.org/10.1001/archpsyc.57.11.1046
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Acerca del autor: Martin Stork
Martín es psicólogo profesional con antecedentes en fisioterapia. Ha organizado y dirigido varios grupos de apoyo para personas con ansiedad social en Washington, DC y Buenos Aires, Argentina. Es el fundador de Conquer Social Anxiety Ltd, donde trabaja como escritor, terapeuta y director. Puedes hacer clic aquí para saber más sobre Martin.